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Quiero felicitar a mi querido Pablo González por haber decidido emprender, y  además utilizando la tecnología de una forma transversal en su propuesta de valor. Pablo es un profesional muy capaz con una gran experiencia, y seguro que tendrá éxito, pero no es un caso aislado.

 

Llevo impartiendo un programa de Creación de Empresas de Base Tecnológica desde el año 2003, formando a cientos de emprendedores en gestión empresarial vinculada a la innovación y la tecnología.

 

A lo largo de estos años he disfrutado conociendo innovadoras ideas de negocio, me he enriquecido con las preguntas y las dudas de mis alumnos, pero sobre todo he sido feliz aportándoles mi experiencia en gestión empresarial en compañías de base tecnológica y sintiendo una gran satisfacción por el valor que ellos le daban.

 

Algunos de ellos son hoy empresarios consolidados tras desarrollar su primera idea de negocio, otros, expertos en determinada tecnología de la que se enamoraron, y unos, incluso han vendido su primer proyecto y no han parado de emprender desde entonces.

 

La tecnología tiene en general una maravillosa virtud: permite modelos de negocio escalables con comportamientos exponenciales. Puede permitir inversiones de menor cuantía en el proceso de testeo de las hipótesis del modelo de negocio, limitando considerablemente el riesgo de la inversión.

 

Han sido ellos, mis alumnos de ayer y también los de hoy, los que me han pedido que hable de emprendimiento en este espacio que me da The Salmon Factor, quizás para que los de mañana sean cada vez más. Porque en esta España abrumada por la crisis y el desempleo,  no van a ser las multinacionales las que creen los casi 6 millones de puestos de trabajo que faltan, si no las empresas que aun no han nacido de los miles de emprendedores en potencia que tiene este país.

 

Así que quiero animar a todos los que tienen esa inquietud emprendedora y disfrutan con la tecnología, a que persigan su sueño y a todos los que atesoran experiencia, conocimiento y dinero a que los apoyen. Arriesguemos todos y recordemos que la perspectiva del tiempo nos demuestra que nos arrepentimos de lo no abordado, jamás de lo intentado. Ahora que grandes empresarios con Juan Roig o Consentino han anunciado públicamente su deseo de invertir en emprendedores porque no facilitarlo a menor escala: que desgrave la inversión en start-ups como los planes de pensiones, por ejemplo.

 

En general existe un consenso amplio sobre la capacidad creativa de este país, transformarla en innovaciones que aporten valor al cliente y que se comercialicen adecuadamente es nuestro reto. Y para ello necesitamos formación, herramientas y ecosistemas que fomenten la innovación y el emprendimiento.

 

Esta claro que tenemos experiencias de éxito en este país que no contaban con nada de ello, como el caso del magnífico Joaquín Cuenca (@cuenca), quien vendió su start-up Panoramio a Google a los pocos años de crearla, pero también eso cierto que necesitamos muchos más casos así para cambiar el panorama económico del país. Y eso lo lograremos facilitándolo.

 

María Luisa García, Profesora de Estrategia, Innovación y Tecnología y Ex Presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla