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Todo avance social acarrea un perjuicio y normalmente, en nuestra sociedad altamente informatizada, los malware y virus informáticos son uno de los mayores quebraderos de cabeza a los que nos enfrentamos.

En su origen, no fueron diseñados con un fin pernicioso, más bien molesto, pero con el tiempo se han ido sofisticando y cada vez afectan a un mayor número de dispositivos. Según datos de las empresas de seguridad, el año pasado se infectaron más de 16 millones de aparatos y las cifras van en aumento en comparación con las 6000 aplicaciones infectadas cada día en el segundo trimestre del 2015, lo que supone un incremento del 30% con respecto al año anterior.

Como es de esperar, los smartphones tampoco están fuera de peligro. Puesto que su conexión a la red es casi permanente, están más expuestos a los virus informáticos que procuran, sobre todo, obtener dinero rápido. Para ello buscan accesos a cuentas bancarias, suplantan identidades (phishing), e incluso pueden llegar a pedir un rescate económico por archivos de nuestro propio dispositivo, ya sea móvil, o un ordenador convencional.

Pero donde los virus informáticos pueden causar sin duda mayor detrimento, es en una empresa u organización. Podría suponer una pérdida de la privacidad de los datos que maneja la empresa, además de espiar su actividad y deteriorar el rendimiento de su equipo informático.

El departamento técnico es el que debe encargarse de proteger los ordenadores adecuadamente con un software antivirus y un cortafuegos eficaz, pero los empleados deben contribuir también a facilitar esta tarea teniendo en cuenta unas premisas básicas:

  1. Descarga siempre desde aplicaciones o programas oficiales. Desconfía de todos aquellos enlaces externos que inviten a instalar aplicaciones y de ficheros que le lleguen a través de correo electrónico.
  2. Es recomendable usar contraseñas fuertes y realizar copias de seguridad periódicamente para tener algo a lo que acogernos en caso de pérdida o robo.
  3. Controlar los permisos que solicitan las aplicaciones al ser instaladas y desconfiar siempre si observamos algo sospechoso.
  4. Proveer también a nuestros smartphones de algún antivirus, especialmente si desde él manejamos datos de la empresa.
  5. No compartir ni manejar información importante desde redes de Wi-Fi públicas.

Aplicar estas recomendaciones puede mejorar la seguridad de su compañía, pero recuerde que los antivirus, aunque estén actualizados, solo alcanzan a detectar un tercio de los posibles malware. Los ciberdelincuentes tienen una gran inventiva en las estafas a través de internet, por lo que la recomendación principal es que mantengan una actitud de alerta y analicen cada sitio antes de hacer clic.