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Una empresa sostenible es aquella que planifica sus acciones teniendo en cuenta el impacto que ejerce en el entorno que le rodea y enfocando sus actuaciones en la disminución del deterioro del medio ambiente, así como en la mejora del bienestar de la sociedad. Generalmente, la sostenibilidad está relacionada con dos criterios fundamentales y son, por un lado, la repercusión medioambiental y, por otro, la aportación a la sociedad. Si una compañía cumple ambos requisitos de forma positiva, se considera sostenible.

En este sentido, los beneficios de ser una empresa respetuosa con el medio ambiente en particular y con la sociedad en general son numerosos ya que, mediante este hecho, se demuestra la capacidad de gestión de una compañía sobre su impacto en el entorno natural y social que le rodea. Por ello, las ventajas de ser una empresa sostenible son las siguientes:

1. Mejora la reputación de empresa

Una buena imagen empresarial es sinónimo de una buena gestión empresarial, al igual que una acción convertida en escándalo mediático puede suponer la ruina o incluso la desintegración de una entidad. En este sentido, ser sostenible transmite una sensación de responsabilidad y conciencia sociales que hará que el consumidor perciba una imagen positiva de dicha entidad.

2. Reduce costes de producción

Implementar medidas enfocadas en la sostenibilidad permite reducir costes a través de acciones como el reciclaje de materiales o el aprovechamiento de los recursos empleados, minimizando así el gasto consecuente de no hacerlo. Cabe destacar además que, siguiendo la tendencia actual de digitalización que se está dando en las empresas, el ahorro en el consumo de papel es un factor importante a tener en cuenta.

3. Atrae nuevos inversores

No solo los clientes y los consumidores de una compañía se preocupan más por el entorno natural; cada vez son más los inversores que ponen también el foco de atención en las características de la producción ecológica y sostenible llevada a cabo por la entidad y, si la hubiera, la valoran de forma positiva. De esta forma, una compañía puede favorecer sus propios negocios si se alinea con los estándares que progresivamente se asientan en la escala empresarial.

4. Aumenta el buen clima laboral

Ser una compañía sostenible implica también asumir una política de sostenibilidad y buenas prácticas como eje fundamental de las dinámicas y las metodologías de trabajo. En este sentido, y según varios estudios, los empleados que trabajan para una empresa considerada sostenible están más felices en su puesto de trabajo y se identifican más con la filosofía empresarial.